
La riqueza del espectáculo de Díaz Benavente es que no se instala en el fatuo homenaje con pequeños puentes dramatizados para unir canciones , el hilo argumental está basado en un rico personaje, como trasplantado de otra época, a la actualidad. Su confección es delicada, minuciosa y rica. Ella es pícara y consigue arrancar muchas risas entre el público. Los textos de la misma Díaz Benavente son ricos y ella sabe saborearlos muy bien. Es en la vereda de Libertad Lamarque donde se pasea más cómoda. Disfruta y se divierte con los mohínes de aquella época y se vuelve cómplice de sí misma. Eso es fantástico cuando ocurre en una interpretación humorística de este tipo. Es que la intérprete tiene mucha gracia y es impecable en su trabajo integral. Asimismo, es segura en su caudal vocal y sorprende en todas las canciones. Puede hacer divertir con su interpretación de "Palomita blanca", como poner la piel de gallina con "Non, je ne regrete rien". Sin dudas, se trata de una...